domingo, 9 de octubre de 2016

De: Vos - Para: Yo

Y de repente frenás, te sentás, respirás y pensás, 
notás que no hay vuelta, no podés volver atrás. 
Te mordés, te relamés, y de pensar caés en la cuenta 
que tu otro yo pidió la cuenta y pedir más ya no podés.
Que es tu culpa, que es mi culpa, la del otro, la de aquel, 
¿nadie supo despertarte, nadie osó a despabilarte,
o estabas sorda, estabas ciega, estabas tan ciega de vos? 
No escuchás más que tu voz y no tenés ni propia voz. 
Te falta ser. Te falta estar. Querés ser más de lo que sos, 
pero ni vos te lo creés, ¿entonces qué? ¿A dónde vas? 
Sos más de lo que vos pensás, te falta creer un poco más, 
si tenés tan claro a donde vas decí por qué no te animás. 

Decirle basta a los miedos, eso es lo que a vos te hace falta, 
a mentirte, a las culpas, a boicotearte y no callarte. 
Decirle basta a las excusas, y dejar de postergar, 
tiempo de ponerse en marcha, y de dejar de llorar. 

Sé que mientras lo escribís, quizás pensás que esto en vano, 
quizás ponerlo en palabras no haya servido de lección, 
pero esto salió de tu mano, eso tenés que recordar. 
de que estas viva, estás sana, sos verbo, mente y acción, 
y que podés, si en verdad querés, podés esto y podés más, 
esto lo hiciste en diez minutos, claro podés mucho más. 
Cuando lo vuelvas a leer, espero de algo haberte servido. 
Y espero que rías fuerte, y no lo quieras leer nunca más.