jueves, 31 de diciembre de 2015

#Chau2015 - un año 2.0

Terminando el año: El último almuerzo, la última merienda, el último asado de fin de año, la última siesta. De todo ello, una foto, un tweet, con un hashtag y subirlo a la red.

El 2015 fue un año particular para las redes sociales. Todos los hechos que ocurrieron a nivel mundial causaron revuelo en las redes sociales, convirtiéndose en un papel clave para la resolución de crisis, hasta incluso funcionar como herramienta de rescate en momentos de tragedia, como ocurrió en París. 

Todo lo que pasó fue convertido en meme. Todo fue compartido. Nos convertimos en comentaristas expertos, en profesionales de cualquier ámbito, opinólogos de la realidad, compitiendo contra lo que venía siendo la fuente principal de la opinión pública: los medios.

Creo que las redes sociales nos ayudaron a evolucionar un poco como sociedad, a no tener esa dependencia mediática a la hora de informarnos y confiar más en la experiencia del usuario, en los ojos del ciudadano. Quizás juega un poco el excepticismo frente a lo que nos cuentan, pero no podemos negar que la información cada día se democratiza más en este mundo paralelo en el que vivimos más bien conocido como Internet.

Este cambio de paradigma en particular me agrada, sin embargo, no podemos dejar de reflexionar sobre cierto punto. Internet nos está volviendo adictos a esto de "hacer público lo privado" y esto viene ya desde el año anterior con un auge en el 2015. Si no fue compartido, nunca pasó. Esto incluye nuestras propias opiniones. Si no estás conectado a Internet, no existís. Si no hablás sobre lo que se está hablando, no sos parte. Si no estás en el grupo de Whatsapp, no sos de nuestro grupo de amigos. Si te falla Internet, no hay manera de que estés comunicado con el resto del mundo.

El llamado telefónico fue reemplazado por el contacto en las redes sociales, así como la charla cara a cara. Nunca antes tuve tantos amigos, tanta gente conocida por medio de las redes sociales. Incluso personas a las que vi una vez, o quizás ninguna. Pero el ámbito de las redes es tan público que uno siente que conoce la vida de todos, como si fueran realmente tus amigos.

Durante este año que finaliza el día de hoy (y he aquí mi balance y reflexión de fin de año para estar a tono) las cosas más lindas que me pasaron fueron por fuera de las redes sociales. Me hacía mucha falta ese cable a tierra que uno piensa tener en el mundo efímero de la red, pero que en realidad no es más que una sensación. El amor, las amistades, y la familia son tres pilares fundamentales que no se encuentran en el mundo 2.0, así como la conexión real con un equipo de trabajo humano. 

Este año aprendí a conectarme de nuevo con esas cosas en el plano de lo real. Me reencontré con mis amigos, me arriesgué y aposté por el amor, encontré un trabajo que realmente me gusta hacer, en el cual trabajo con una computadora pero no dependo de ella, sino del equipo que formamos y disfruté mucho más el estar en familia. 

Las cosas que valen la pena están más acá, más cerca tuyo. Así tengas 8mil seguidores, 20mil amigos en facebook, primero cuidá esto que tenés acá, que es tu corazón, tu alma y rodealo de seres queridos. Después informate, conectate, pero no te pierdas. La era 2.0 es una gran oportunidad para hacerte conocer, para hacer conocer y para conocer un montón de cosas. Es una hermosa oportunidad para llegar a miles de oportunidades que antes considerábamos muy lejanas. Pero no la desperdicies. No te alienes. 

Subite al tren, porque si se te escapa es raro que vuelva a pasar, pero hacé un uso responsable de esta manera de estar en red. Quizás encuentres con las redes una oportunidad enorme y hermosa, pero el mundo de la red es tan grande que es necesario que estés preparado de antemano para afrontarla. 

Hoy abrazá a tus familiares, a tus amigos, a tu amor, a tus seres queridos y brindá por ellos. Nacimos para estar acompañados, y la compañía hay que agradecerla. 

Brindo por este 2015, que a todos nos llegó de manera diferente y que tenemos el gusto de haberlo disfrutado o en caso contrario de haber aprendido en base a los tropiezos. 

Ojalá que el 2016 nos ayude a encontrar esas compañías y a forjar los lazos con los que ya contamos para afrontar el camino que nos espera.

¡Salud y un muy feliz Año Nuevo! 

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